[Te da un par de palmaditas en el hombro de nuevo, antes de soltarte.]
Una suerte que ustedes no son los únicos magos en este lugar. [...] Si necesitan cualquier cosa, mate, no duden en preguntarme. No podré hacer mucho ahora mismo [señala su pierna coja], pero no puedo ni siquiera imaginar cómo debe ser perder tu nave así.