[Tiene que luchar bastante contra las ganas de voltear a verte, de ver tu expresión, de verte realmente una última vez. Pero consigue no hacerlo, y sale por la puerta sin decir nada más, sintiendo una especie de amarga victoria. Sí, quédate a podrirte solo ahí, como lo dejaste a él, como lo harás en tu mundo.
Ya ganó, de todas formas, ¿por qué debería seguir persiguiéndote? Y, de todas maneras sabe que aunque no lo haga, igual estarás pensando en él, y sufriendo por ello. Eso le basta.]