[Siente una punzada viciosa de rabia, porque no, no sabe de qué hablas, y DETESTA estar un paso detrás de ti.]
... Bien. [Sonríe con un gesto frío, amargo.] Lo averiguaré por mi cuenta, entonces. [Y hace un gesto como si te disparara en el cuello, antes de enviarte otra descarga descomunal de dolor, buscando que quedes inconsciente de nuevo.]