[QUÉ SABES TÚ, NIÑA, es lo primero que siente el impulso de responder. Pero se contiene apenas, sabiendo que tú no tienes la culpa de su situación actual. Él es el único culpable ahí, y no saca nada desquitándose contigo.]
[...] Aye. Lo siento, linda, pero no estoy muy de humor para un sermón sobre espíritu positivo ahora mismo. Así que, si pudieras ahorrártelo, lo apreciaría.