[Admira su hermoso ojo morado, una obra de arte.][...]
[Se remueve inquieto bajo tu mirada, y por un momento siente el impulso de dar la vuelta e irse, pero se obliga a permanecer en su sitio. Tras un momento consigue hablar, apenas.]
Sé... sé lo que me pediste. Pero... tenía que venir. A verte. A explicar-- te debo eso.