[Suelta un suspiro.] Nunca conocí a mis padres, aunque eso jamás me importó a pesar de vivir en extrema pobreza porque tuve a Martha y al resto de los huérfanos con los que crecí. Pero en Morrigan los hombres no tienen derechos, así que hace unos años fui capturado y vendido como esclavo junto con Theo a la princesa Alexia, quien me compró para que fuera su doble.