[Te mira, no demasiado convencida con eso último.]
... Claro. [Se acerca un paso, señalándote con un dedo.] Hablando de eso, Ever, Cardale, o como quiera que te llames, quiero que sepas que si me has dicho la más mínima mentira sobre todo esto, y me pones en peligro a mí, mis amigos u otra gente, te juro que no me importa cuánta crema de caracol súperpoderosa te eches encima, voy a encontrar la manera de arrancarte las bolas, y hacer que te las tragues. ¿Entendido?