[Para los vampiros que no quieran llamar demasiado la atención -ya sea brillando o deshaciéndose con el sol- hay un sector del barco y la playa que va a estar curiosamente oscuro y nublado. Como si justo ahí el sol no se atreviese a asomarse. Curiosamente.
Y en medio de aquello el mismísimo Vlad Dracula Ţepeş, con una copa de lo que esperamos sea vino y no sangre.]