[Y bueno, sí, la mujer de la que hablamos está por aquí, sentada en su puestito, leyendo con gesto indolente uno de los folletos, aunque está más desconcertada de lo que le gustaría admitir.
Y también estará más que... feliz de escuchar todos sus dramas amorosos. Tan feliz, que apenas llegue alguien que le parezca medianamente razonable, hará un gesto con su mano y la cadena que la une al puesto se enrollará alrededor del pie de esa persona, y ella se levantará, alisará las faldas e irá a averiguar más sobre este sitio.]
[Tal vez sólo deberían limitarse a pedirle alguna poción para los celos, o algo.]