Prende la chimenea por último, dejando que el fuego crezca un momento, caminando hasta el costado de la cama y viéndote un momento. Pensando... Podría quedarse hasta que despiertes y asegurarse que estés bien, que te cambies las vendas y tomes la poción y--
No lo querrías ahí. Y es su culpa.
Suspira triste y va a salir despacio de la habitación.]