[Tu voz la detiene en seco y te ve todavía paralizada unos segundos. Eras tú. No un taumaturgo, no un lunar, no Levanna- Pero la luz roja en su retina sigue activada y sus sistemas siguen rebelándose...]
[Sus oídos captan el ruido del ácido quemando la punta de una de sus zapatiilas.][Refugio primero, desconfianza después. Corre hacia ti, concentrándose en que cada paso sea decisión propia y no tu influencia.]