[Esta dama está de pie en la puerta de su casa, viendo hacia la tormenta con aspecto preocupado, frustrado y conflictuado. Porque, por un lado, Aramis odia las tormentas de nieve y no va a dejarlo solo. Y mediante su conexión mental, Fuego le ha dicho que está bien, a salvo...
... Pero lo único que quiere es ir a buscarla, de todas formas, que esta condenada tormenta termine. Así que tras unos momentos extiende sus manos hacia el cielo y empieza a recitar unas palabras en un idioma antiguo, hasta que sus ojos brillan y la nieve que cae cerca de su casa se derrite de golpe y se convierte en lluvia.]