[Si ya el sólo gesto de la mano en su boca y tu cercanía casi lo acaban, el resto es mortal. Tiene un escalofrío fuerte, y de manera instintiva inclina el rostro hacia un costado, como descubriendo su cuello, descruzando los brazos para poder agarrar el borde de tu camiseta. Sus ojos siguen dorados pero ahora es por un motivo completamente distinto]