Cuando me toque besarte no será así. [Quita su mano de tu boca y la que está en la nuca casi acomodándote como quiere, acercándose hasta que comparten el aire. Vas a poder oler su exitación muy fuerte] Cuando te bese va a ser distinto. [Mueve su rostro ligeramente, sus labios rosando tu mejilla cuando habla.] No necesitarás de un muérdago que me mantenga en el lugar. [No piensa realmente cuando la punta de su lengua toca tu mejilla.] Tampoco tendrás que obligarme a hacerlo.