[Él por su lado, siente otra vez la opresión en el pecho que por tanto tiempo lo penó en la cárcel, y que ahora puede entender mejor. Es... pérdida, una especie de duelo por lo que tuvieron, porque a pesar de todo era algo que atesoraba como jamás lo hizo por otras cosas, y que ahora sabe que nunca volverá a tener, no así. Es rabia y resentimiento, por recordar cómo eso se arruinó, las cosas que hiciste. Es amargura, al pensar lo diferente que pudo haber sido todo, en qué podrían haberse convertido ambos, si no las hubieras hecho. Es incluso algo parecido al remordimiento, al pensar en las cosas que él mismo hizo, lo que hubiera hecho diferente si hubiera podido saber cómo terminarían las cosas.
Es... no es tristeza. Pero sí una especie de nostalgia dolorosa, porque verlo le recuerda... cuánto extraña esto. A ti. Eras su mejor amigo. Su único amigo. Más que eso.]
[...] Y tú siempre fuiste un malcriado. [Cuando estabas con él, al menos. Cuando eras el tú de verdad.]