[El gesto le sorprende y lo deja rojo casi enseguida, pero a diferencia de un pretendiente que no dejaba de invadir su espacio personal en su mundo, no siente el impulso de golpearte o alejarte por ello. Intenta no pensar demasiado en eso y asiente apenas, pero luce un poco conflictuado cuando dices Alexia.] Antes… Ren, ¿podrías llamarme Al?