¡No esperaba eso! ¡esperaba que como mi amigo me dejaras explicar qué es lo que había pasado y porqué! Porque siempre escuché tus advertencias, pero tu, aún al día de hoy, te rehusas siquiera aceptar la posibilidad de que puede que, de hecho, sepa lo que estoy haciendo porque, de hecho, conozco a Sieh, y mi confianza en él no es ciega sino ganada, porque sé lo que es, quién es, lo que ha hecho y lo que puede hacer ¡mucho mejor que lo que tú jamás lo harás!