[No... está seguro de que hacer. Es extraño verte así, especialmente sabiendo que es por él. Y Dioses, sí, quisiera quedarse y decirte que no importa, que estar a tu lado es suficiente, especialmente ahora que sabe que todo es tiempo prestado.
Pero su orgullo siempre ha sido parte del problema y el corazón le quema en el pecho como si no estuviera hecho de hielo.
Hace un gesto con la mano para quitar con magia los restos de sandía de tu cabello, la garganta apretada. Se da la media vuelta.]