El punto es que Federica llegó con la excusa de repatriar a Tenzing, pues su padre era japonés. Pero claramente quería algo más que eso. El Ministerio de Asuntos Exteriores tiene planes tras sus planes.
Se quedó con nosotros a vivir... [Se ríe un poco.] Es la vida más normal que he llevado en décadas, un poco como este lugar.