[Sí... siente una punzada de furia pensando que puede ser eso, que tu Dios de nuevo se está metiendo en tu cabeza, acaparando tu atención.
Podría decirte que hoy no habías bebido de él, pero, ¿sabes qué? Va a inclinarse a lamerte de nuevo, pero esta vez tu piel manchada de sangre, sólo para seguir poniéndote nervioso.]