[Sí lo. abruma un poquito, pero consigue centrarse. Tiene cosas importantes que hacer como para distraerse demasiado por ahora.]
[Y, justamente, una vez que nota que la herida está un poco más cerrada te separa de él de nuevo, y esta vez te mira como considerándote, casi calculador.]
[...] Bien, tal vez es tu noche de suerte de todas formas. [Lleva una mano al cuello de su ropa para abrirlo.]