[Eso lo hace sonreír imperceptiblemente. Pero luego pierde la sonrisa y cierra los ojos, disfrutando del momento, del poder que siente en sus manos ahora mismo. Podría matarte. Realmente podría matarte ahora mismo. Algo que quiso hacer por años, incluso si no fuera permanente, habría cierta victoria en derrotarte de esa forma, aunque fuera por unas horas.]
[...][Vuelve a abrir los ojos, y se inclina lentamente, hasta hablar contra tu oído, quedo.]
El asunto es, Eli, que yo no termino el trabajo de otros. Así que, cuando te mate, me encargaré de ello desde el principio hasta el mismo final. [Y al decir eso último, da un tirón fuerte de la estaca para. sacártela.]