[Normalmente una tormenta así sería un problema para él, con su salud frágil y sus problemas respiratorios. Ahora casi no siente el frío, ni le molesta estar empapado, quizá en parte porque sólo puede concentrarse en la sed que tiene, que ha estado reprimiendo todos estos días.
Se niega a alimentarse de otros humanos, no con todas las cosas que ha vivido. Pero esa necesidad sólo va a aumentando, y si se lo cruzan en alguno de los caminos por ahí, parecerá ausente, perdido en sus pensamientos.]