[Es la primera vez que hace algo como esto-- cazar a alguien de esta forma. Pero de alguna manera siente que seguir sus instintos es lo mejor, así que eso es lo que hace.]
¿Estás seguro de que no quieres? Mírame, Quentin. [Lleva su otra mano bajo tu rostro, tomándote y guiándote a alzarlo, para que lo mires a los ojos. Su mirada de pronto es muy intensa.] No tienes nada que temer. Ni siquiera vas a sentirlo.
[Y es posible que haya algo extrañamente convincente en su mirada, y de pronto te sientas más tranquilo, dócil.]