[Parpadea una vez y luego alza la mirada hacia ti, con los ojos brillantes y el fantasma de una sonrisa. Eso es, ese es el Eli que conoce.]
[Se pone de pie lentamente, sacudiéndose la ropa.] Las malas costumbres no se pierden fácilmente. [Eso de no morirse por su cuenta, quiere decir. Te ofrece el cinto que tiene en la mano, y ahora sí sonríe apenas.]