[Es una suerte que su paranoia siempre lo haga salir con la sobaquera bajo la chaqueta, porque ahora va con el arma en una mano, escudriñando entre la niebla mientras intenta regresar a su casa-- no estaba tan lejos, maldición. Y definitivamente no le gustan las sombras que nota de vez en cuando, y no está seguro si imaginó o no.]