[Odiar ver esa expresión dolida en ti. Nunca le ha gustado.]
No quiero que te sientas humillado, por algo que sientas, por compartirlo conmigo. [Y eso segundo lo hace enderezarse un poco, tomado por sorpresa otra vez.]
... Está bien. No me molesta que lo hagas. [Parece un poco sorprendido él mismo al decir eso ahora, porque no había llegado a pensarlo, pero... es cierto. No está molesto o especialmente incómodo, sólo muy sorprendido y descolocado.]