[Te sigue en silencio, ocupado entre lanzarte miradas de reojo y tratar de entender qué te pasa, en pensar en lo que le está pasando a su poder, y en... bueno, todas las cosas que ha descubierto esta tarde.]
[Pero mientras caminan mete las manos a los bolsillos de su abrigo, y así es como encuentra un papelito que dice:
Dado que tan poco te importa hacerte daño a ti mismo, por una semana es todo lo que podrás hacer, cada vez que intentes herir a alguien más.