[Niega con la cabeza, antes de sujetar tu mano entre las suyas.] ...Tus palabras me honran, princesa. [Aunque no sean ciertas, aunque no las merezca.] No sé por cuánto tiempo estaré en esta Tierra [o cuánto tiempo tú lo estés] pero renuevo mi promesa contigo: hasta el día que este lugar me obligue a partir, mi espada estará contigo. No permitiré que sufras daño alguno, te protegeré con todo mi poder.