[El nombre no le dice nada, pero asume que es una persona que ha estado investigando, experimentando en ti. ¿Por qué otro motivo te abrirían de esta forma?]
[...] No. No estás muerto. [Puede ver tu corazón latiendo, ahora mismo. Y le fascina poder hacerlo. Suelta una de tus manos casi sin darse cuenta, adelantando la suya a tu pecho, a tu herida. Se pregunta cómo se sentirá bajo su mano.]