[Eso le quita la expresión de golpe, y de alguna manera muy, muy distante, sí consigue dolerle un poco. Pero tras un momento consigue volver a sonreír apenas, cruel y burlón.]
Bien, apuesto a que esperaste mucho tiempo para poder decir eso en voz alta. [Su mano vuelve a cerrarse alrededor de las tijeras dentro del bolsillo de su abrigo.] Hubiera sido conveniente, ¿no? Te hubieras ahorrado tantos problemas.