Y el asesino es...
[En medio de la discusión se escucha un fuerte estruendo de tambores que obliga a todos los asistentes a guardar silencio, para luego dar paso a esta canción infantil. Al terminar, alguien que había permanecido en las sombras es obligado a tomar forma física en un rincón del gran salón, revelando la versión joven de Sieh que luce un poco mayor a lo normal, ¿quizá en sus veinticincos?
Casi al mismo tiempo, se siente una corriente de aire helado que recorre el gran salón y que claramente no proviene de la tormenta, mientras que el ambiente se torna más oscuro. Quizá sea una mala idea acercarse, porque lo primero que hace cuando se sabe libre de la influencia de la Gerencia, es comenzar a reír de forma peligrosa.]