[No parece escucharte. Sigue mirando el cuerpo de David como atontado, hasta que algo parece hacerlo reaccionar.]
... No. [Se mueve de pronto para intentar trepar la calabaza, o romperla con su garfio, o lo que sea, desesperado por llegar al cuerpo de David.] ¡No, no, no, no, NO!