[Sigue aferrando el cuerpo menudo. Sabe que no debería estar ahí. El cuerpo... la multitud de cuerpos debería estar al otro lado del muro. Intenta hablar entre sollozos]
No es mi shidi... ¿verdad?
[No puede soltarlo lo suficiente como para intentar mirarlo. Tampoco quiere hacerlo, pero en tanto formula la pregunta aparece en su mente la imagen de un adolescente, casi un niño, muerto por cortes de espada y tirado sobre otros cadáveres.]