Despertar en tu cama, que a pesar de tu poco interés me acompañara a cada clase de Saiga-sensei. Cuano usabas tu único día libre para sacarme a comprar libros. Tus tontos cactus redondos, baguettes y amor por los perros.
Sé que has cambiado, también lo he hecho yo... Pero me gustaría tener la oportunidad de llegar a conocerte.