Desde entonces el conejo vive en la luna, y es el encargado de moler los ingredientes del elixir de la inmortalidad para todos los dioses. La imagen de él haciendo su trabajo puede observarse todas las noches de luna llena, si pones atención, como un recordatorio para todo lo que viva en la tierra de altruismo y humildad.
Ren... ¿qué crees que el conejo estaba pensando cuando decidió lanzarse a aquella fogata?