[Su reacción ante el cambio de escenario fue primero sorpresa y luego, muchísima curiosidad. Jamás había estado en un lugar tan saturado de edificios, ruido, luces. Tanta tecnología que no comprende.
Ni siquiera se sobresaltó al toparse con el fantasma de la mujer, y menos ante sus palabras. No le teme a los muertos y a sus maldiciones, controlarla iba a ser tan simple.
Pero oh, los aullidos. Esos infernales aullidos que empezaron de pronto y no paran. Te lo encuentras petrificado a mitad de la calle.]