[Fuego sigue a su padre en silencio mientras él abre una puerta dónde se escuchan rugidos.
Ahí, dentro de decentas de jaulas hay monstruos: leopardos y tigres y osos, todos con el mismo tipo de pelaje iridiscente que el cabello de Fuego. Y Cansrel mira una jaula dónde hay un leopardo azul y dorado que gruñe y salivea, aventándose contra los barrotes de la jaula y... la mirada de Cansrel es dulce y llena de amor.
"Oh, mi pequeña, mi amor, mi Fuego, ¿qué estás haciendo ahí...?"