[Lo que deja a Sieh sin aliento no es que pienses en momentos felices de tu infancia (que solo hace que le gustes aún más), sino que decidas continuar y profundizar el beso. La curiosidad le da fuerza a pesar de que esa culpabilidad que sientes hacia Nico resuena de otra manera con su naturaleza, en cierta forma es una travesura adulta que debería lastimarlo un poco, pero no es el niño en este momento y por eso puede soportarlo.
Responde a tu curiosidad y a tu deseo de darle consuelo, responde con su desgarrador deseo de algo que sea suyo, esa necesidad que ha tenido enterrada por tanto tiempo y que se ha vuelto una gran herida abierta en su alma. Mueve sus labios y te atrae un poco contra él con un brazo, buscando contacto físico. El frío y la oscuridad a su alrededor no mejoran, pero hay algo diferente, se siente más segura, como el escondite favorito de un gato.
Le toma bastante esfuerzo reprimir el deseo de compartir su alma contigo aunque sea por un instante, pero comparte un vistazo a un niño jugando con planetas y maravillas que ha visto en diferentes galaxias.]