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[Se da vuelta ante tu reacción pero ya es demasiado tarde.
En la escena, está él (exactamente como se ve ahora) descendiendo de una montaña junto a otro hombre que no luce del todo vivo. Ambos tienen un aire de cotidianidad en su conversación que se rompe cuando un aldeano les sale al encuentro, ofreciéndole vino a Wei Ying y luego gritando "¡Todos alaben al Amo Supremo de la Maldad, el Patriarca de Yiling!", lo que le hace efectivamente escupir el trago que alcanzó a llevarse a la boca.]