[De hecho se escuchan risas y luego la voz de un hombre, gentil, también algo risueña, sugiriéndoles que tomen la lección en serio.
Está un hombre en silla de ruedas con un libro y un cuaderno y, un poco más allá dos jóvenes. A Fuego es fácil reconocerla, incluso si era más joven, de unos catorce o quince años, sujetando un arco. Y a su lado hay un joven ridículamente apuesto de piel oscura, ojos azules y cabello rubio unos cuántos años mayor que ella, ayudando a que Fuego tome el arco de manera correcta.
"Entonces, cariño, tienes que sujetarlo con fuerza, este brazo es tu guía. Y esta otra mano vas a tomar la cuerda y llevarla hacia tu rostro, cómo si fuera un beso."
Y quizá para molestarla o divertirla o las dos, le da un beso justo en esa mejilla, haciendo que Fuego se ría y lo vea con cariño y exasperación, aún cuándo se sonroja.
"¡Archer, deja de hacer eso!"
El joven se lleva las manos al pecho, también riéndose. "¡Preciosa, no puedo evitarlo!"]