¡No había forma de detenerlo! [Deja que lo sacudas y en parte prefiere esta reacción. Quizá incluso preferiría que te enojaras con él, dios.]
Era mejor que no quedaran rastros ni conecciones, hermano... ¡O eso creí! [Aprieta los puños con fuerza, haciéndose sangrar la mano que ya hirió con el vaso antes.] ¡Está claro que el asunto se escapó de mis manos! Pero incluso si yo mismo lo hubiese entregado-- ¡No había oportunidad! Nunca la hubo.