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Bien... me reencontré con Silas, hace algunos años. Cuándo está en el país suele visitarme. Soy amigo de un caballero de ochenta y seis años, mayormente porque le gusta quejarse de que sus nietos no son como yo. Hasta ahora generalmente me es más fácil hacer amistad con personas que están por morir, algo de mi presencia parece volverlo más sencillo, lo cuál conlleva a amistades sinceras pero más bien cortas. Todavía no puedo ver fantasmas.