[Manteniéndose a las orillas de la boda hay un hombre cuya presencia casi, casi pasa completamente desapercibida. Es alto, cabello rubio pálido, ojos grises, y su traje (gris con blanco) no ayuda mucho a que resalte.
Ciertamente no podría tener nada que ver con que de repente, de la aparente Nada, estén cayendo pétalos de flores, ¿o sí?]