[Se acuclilla para poder bajarte con cuidadito al piso, preocupándose de no arrugar su dibujo en el proceso. Te deja de pie frente a él y se queda ahí, sin separarse mucho, guardando silencio un momento para pensar cómo decir lo que quiere decir.]
... Lamento que cosas en tu mundo sean como son. Desearía que no lo fueran. [Lleva una de sus manos a apoyarla despacito sobre tu pelo.] No puedo cambiar esas cosas. Pero si aquí alguna vez sientes miedo, o tristeza, o crees que estás en peligro, puedes venir conmigo, y yo te ayudaré. ¿Sí?