Así es. [En su defensa, sí se aleja los metros suficientes como para que no fuera a hacerte daño o a tu casa por accidente. Pero una vez ahí, en medio del camino, golpea su paraguas contra el piso y de la nada cae un rayo sobre él. Cuando la luz se disipa, está de pie en el mismo lugar, ileso, sólo que ahora lleva una armadura y un martillo en la mano donde tenía el paraguas.]