Mi miedo es... no se supone que yo pueda buscarlos. O que no se me permita verlos o hablarles. Que por más que busque la magia o a las criaturas que son familiares para mi, sea demasiado normal para eso. Y que entonces deba... fingir. Que nunca pueda hablar con nadie de mis padres fuera de que fallecieron. Que todo sobre mi vida tenga que ser un secreto porque nunca nadie me creería.
O dos... no escondo nada. Y entonces me quedo solo, porque, ¿quién en su sano juicio querría acercarse al chiflado que se siente a salvo en cementerios y en iglesias destruidas?