[Y él va a mirarte disimulando una sonrisa boba, porque le gusta que seas cabezota y en estos momentos lo encuentra como adorable. Cuando vuelve a ganarte y ve que vas a acomodar las piezas una vez más, suelta una risa suave que más parece afectuosa que por reírse de ti.]
Es inútil, Solo. Soy maestro internacional. No vas a ganarme así. [Pausa.] Pero podría enseñarte.