[Concuerda con lo de repugnante. Se quita al bicho de encima y se pone de pie gruñendo con desagrado cuando se limpia un poco de babas de bicho de la cara y la ropa, intentando sacudirse la tierra. Y tras unos segundos recuerda que sigues ahí, así que se apresura hacia ti con expresión entre preocupada y cautelosa.]