[Suelta un resoplido, QUÉ GRACIOSO QUE SEAS TÚ QUIEN DIGA ESO.]
Tú harías trampa a la primera oportunidad. Me moveré ahora. Quieto. [Empieza a moverlos hasta quedar en el centro de la habitación, estratégicamente a la misma distancia de la puerta y la ventana, cosa que si intentas correr podría alcanzarte antes de que llegaras a cualquiera. Una vez ahí, te voltea con cuidado pero firmeza de forma que quedes mirándolo, y tras lanzarte una mirada de advertencia, te suelta.]